A continuación traducimos un artículo, bastante básico, sobre la figura de Henry Luce, que hemos encontrado en Activist Post, escrito por Markab Alged y traducido por el Robot pescador
Henry Luce podría ser titulado el “padre de los medios de comunicación mayoritarios en EEUU”, al que en su momento se refirieron como “el ciudadano privado más influyente en América de su época”.
La persona detrás de las revistas Life, Fortune y Time, su cooperación con los poderes de su época demuestra perfectamente lo que es “la élite” y cómo funciona el poder hoy en día.
Su influencia, su conexión con los industriales norteamericanos y su pertenencia a la sociedad secreta Skull and Bones de la Universidad de Yale, lo convierten en un personaje relevante sobre el que aprender.
La revista Time de Luce fue fundada a mediados de los años 20 con la ayuda de socios de J. P. Morgan, socios de la Standard Oil de los Rockefeller y otros individuos y entidades influyentes.
Parece que su carrera fue sembrada por los conocidos como “barones ladrones”.
El término “barones ladrones”, es un apelativo despectivo con un trasfondo de crítica social, aplicado originalmente a ciertos empresarios estadounidenses de finales del siglo XIX que utilizaron métodos inescrupulosos para hacerse ricos.
La cuestión es que Henry Luce se casó con dos ceremonias separadas: una boda normal y una al estilo “Skull and Bones” y se casó con Lila Ross Hotz, que pertenecía a una familia adinerada de Chicago similar a la familia McCormick que conectó a Luce con el poder.
Henry nació en Tengchow, China, hijo de un misionero presbiteriano llamado Henry Winters Luce el 3 de abril de 1898. En 1905 fue enviado a los Estados Unidos. En Chicago, su familia conoció a Nancy Fowler McCormick, la viuda adinerada de Cyrus McCormick: un hombre poderoso de la familia McCormick.
La historia cuenta que Nancy estaba “tan impresionada con ese Henry de siete años, que pidió permiso para criarlo en EEUU”.
El esposo de Nancy McCormick, Cyrus, era miembro de una de las familias de “Barones Ladrones” de Estados Unidos.
Cyrus Hall McCormick (Febrero 15,1809 – Mayo 13,1884) fue un inventor y hombre de negocios americano, el fundador de la compañía McCormick que más tarde pasó a formar parte de la International Harvester Company en 1902. Desde las Montañas Blue Ridge de Virginia, él y muchos miembros de su familia se convirtieron en residentes prominentes de Chicago.
Era hijo del inventor Robert McCormick, que era esencialmente el patriarca de la familia, habiendo inventado una versión de la segadora. Su padre, Robert McCormick Sr. era un veterano de la Guerra Revolucionaria Americana: como se puede ver, el poder se transmite.
La bien conectada Nancy McCormick le ofreció a Luce todo tipo de oportunidades de contacto social, y otro miembro de esa familia, Robert R. McCormick, era el dueño del Chicago Tribune.
Pasó tiempo en muchas regiones del mundo durante su niñez, asistiendo a la escuela de misión interior de China en 1907, a la escuela St Albans en Inglaterra en 1911, y también en Suiza. Para el año 1913 estaba en Connecticut, donde asistió a la escuela Hotchkiss. En 1916, Henry Luce estaba tratando de publicar artículos en el Yale Daily News, y para 1919 se convirtió en miembro de Skull and Bones.
Skull and Bones es, por supuesto, una de las órdenes fraternales o sociedades secretas más conocidas de EEUU, de la que han surgido cantidad de figuras poderosas.
Uno de los ejemplos más recientes, lo vimos en las elecciones presidenciales de 2004, donde George W. Bush y John Kerry se enfrentaron entre sí: ambos miembros de Skull y Bones en Yale. Los dos admitieron abiertamente que no querían hablar de ello.
Para 1920, las conexiones de Luce parecían ampliarse. Por esa época, Nancy Fowler McCormick presentó a Henry Luce a Victor Lawson, dueño del Chicago Daily News. No trabajó allí por mucho tiempo. Después de unos cuantos contactos más con el poder, incluyendo un encuentro con John Wesley Hanes, una figura experimentada en Wall Street, la revista Time se publicó por primera vez en 1923.
La revista Time se fundó cuando Henry Luce y su socio Briton Hadden “utilizaron sus contactos a través de la sociedad secreta de Skull and Bones”, para conectarse con los niveles reales de poder: figuras de J. P. Morgan, figuras de Standard Oil y similares.
Henry Pomeroy Davison, socio senior de J. P. Morgan, comenzó a invertir dinero en la nueva revista Time y convenció a su socio Dwight Morrow de comprar acciones en ella. Louise Harkness, hija de William L. Harkness, una figura destacada de Standard Oil, invirtió dinero en la revista Time después de heredar 53.439.437 dólares. Luce y su pareja recaudaron alrededor de $85.675 para 1922 (un montón de dinero en ese entonces), y la primera edición de la revista Time se publicó el 3 de marzo de 1923.
La historia de la revista Time, dando apoyo a la élite con la que se aliaron es digna de un artículo en sí misma. Ellos personificaron la relación entre los medios de comunicación y el poder, y hoy en día, todo sigue funcionando de manera similar.
Algunos momentos dignos de mención incluyen la promoción en Time de un tal Adolf Hitler, al que calificaron como “hombre del año” en una edición de 1939, y la promoción del presidente de la farmacéutica productora de vacunas Merck en una edición de 1952, después de participar en un programa secreto de bioarmamento para el Servicio de Investigación de la Guerra.
La revista Time simplemente se dedicó a impulsar la línea propagandística al servicio del complejo de poderes que aparentemente le dieron financiación en sus inicios: básicamente cómo funcionan los medios de comunicación convencionales hoy en día.
La revista Life, que compró posteriormente, ejerció a veces como instrumento de la CIA.
La Operación Mockingbird de la CIA llevó a las revistas de Luce a otro nivel, como portavoces propagandísticos: parece muy probable que sus revistas formaran parte de una gran operación de propaganda. La CIA siempre ha estado conectada con los industriales ricos de Estados Unidos, desde J. P. Morgan hasta los Rockefeller.
Henry Luce utilizó Time para luchar ferozmente contra las políticas de John F. Kennedy y a favor de un conflicto con Cuba. Eventualmente, partes de la historia de JFK fueron enterradas como resultado de las acciones de sus medios de comunicación.
Por ejemplo, poco después del asesinato de JFK, Charles Douglas Jackson negoció exitosamente con Marina Oswald los derechos exclusivos de su historia. Peter Dale Scott argumenta en su libro ‘Deep Politics and the Death of JFK’ (1996) que Jackson, a instancias de Allen Dulles, empleó a Isaac Don Levine, un veterano publicista de la CIA, para escribir la historia de Marina. Esta historia nunca apareció impresa.
El pequeño ejemplo de Luce, nos muestra lo que es “la élite”, esa maraña conformada por banqueros, agencias de inteligencia e industriales ricos, como los procedentes de la era de Henry Luce.
Hay diferentes facciones de “la élite”, y diferentes categorías en las que uno podría colocar a un individuo o entidad de la élite, como el poder corporativo, o el poder gubernamental, o el poder institucional.
Incluso el poder “oculto”, en el que las sociedades secretas juegan un papel que no es fácil de entender por los que no forman parte de ellas y de sus extrañas normas internas.
Desgraciadamente, la élite de hoy en día parece funcionar de una manera aún más consolidada que en la época de Henry Luce.
Este artículo, que solo nos muestra un atisbo muy ligero de como funciona toda esa maraña de intereses, nos habla de cosas que alguna gente se niega a comprender: y es que no existe nadie que acceda a tener un medio de comunicación de masas, que llegue a tener influencia sin tener un permiso previo de estas élites.
Y eso implica también, que cualquier personaje que se promocione en cualquiera de estos medios, siempre, sistemáticamente, será promocionado porque interesa o porque no molesta.
Y en el caso de los líderes políticos, siempre son promocionados por estos medios al servicio del poder, porque a ellos les interesa “fabricarlos”, con fines concretos en momentos específicos.
En los medios no se promociona a nadie por casualidad…
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