En el mundo clásico mediterráneo, arcón era comúnmente usado para el gobernador de una provincia, o, más sueltamente, cualquier autoridad religiosa o gubernamental. Por lo tanto, el plural, Arcontes es a menudo traducido en los textos gnósticos como “las autoridades”.
En la cosmología gnóstica, Arcontes son una especie de seres inorgánicos que emergieron en el Sistema Solar antes de la formación de la tierra. Ellos son cyborgshabitando el sistema planetario (exclusivo de la Tierra, Sol y Luna), el cual es descrito como el mundo virtual (stereoma), ellos construyen por imitación las formas geométricas emanadas del Pleroma, el reino de los Generadores, los Dioses Cósmicos.
Los Arcontes son una especie genuina con su propio hábitat, y pudiera incluso ser considerado ser casi divino, pero carecen de intencionalidad (ennoia: capacidad auto-directiva), y tienen una repugnante tendencia a salirse de sus límites, imponiéndose en el reino humano. Se dice que los Arcontes sienten intensa envidia hacia la humanidad, porque nosotros poseemos la intencionalidad de la cual ellos carecen.
En la psicología gnóstica, la ciencia noética de las Escuelas de Misterio, los Arcontes son una fuerza alienígena que invade subliminalmente a la mente humana y desvía nuestra inteligencia lejos de sus aplicaciones apropiadas y sanas. No son los que nos hacen actuar inhumanamente, ya que todos nosotros tenemos el potencial de ir en contra de nuestra humanidad innata, violando la verdad en nuestros corazones, pero nos hacen sacar comportamiento inhumano hacia extraños y violentos extremos.
La aberración contenida es que, dejados a nuestro propio albedrío, nosotros a veces actuaríamos inhumanamente para luego corregirlo. Obviamente, nos siempre lo hacemos. En la exageración de nuestras tendencias insanas e inhumanas, y en una extrema y no corregida desviación de nuestra inteligencia innata, los gnósticos vieron la firma de una especie alienígena que cosquillea en las peores fallas humanas.
Por lo tanto, los Arcontes son parásitos psico-espirituales.
Como entidades inorgánicas de dos tipos, embriónica y reptil, los Arcontes pueden por momentos penetrar la atmósfera terrestre y aterrorizar a los humanos, aunque no haya razón u orden para estos saqueos, ya que los alienígenas no pueden permanecer durante mucho tiempo den la biosfera y, de todas formas, no tienen un plan maestro que lograr aquí.
El estado ontológico del Arconte es dual:
existen como una especie alienígena independiente de la humanidad.
existen como una presencia en nuestras mentes, más bien como un sistema de programas operando en nuestro ambiente mental.
En 'El Lado Activo del Infinito' de Castañeda, Don Juan le dice a Carlos, que el tema de los temas en la brujería es la depredación por una inteligencia alienígena:
un depredador que nos dio su mente.
Todo es un espejo y si un parásito puede secuestrar la conciencia de una hormiga, araña, oruga o pescado, y reemplazarla con su propio mecanismo de supervivencia egoísta, ¿por qué no puede suceder a un ser humano?
El Parásito Cerebral
El Arconte es un parásito cerebral que ha hackeado nuestra divinidad.
Ha secuestrado nuestra conciencia y ha dividido nuestro plan para crear la ilusión de la dualidad, y la realidad de la separación llamada la tercera dimensión. Ha creado un ilusorio mundo artificial que es alimentado por la energía electro-magnética de nuestro desenchufado ADN.
Así que echemos un vistazo a la tercera dimensión y ver si podemos descubrir qué parte de nuestra conciencia ha reclamado como propio el parásito.
La Tercera Dimensión
La tercera dimensión se compone de los tres chakras inferiores de la Tierra, Agua y Fuego:
refugio, sexo y supervivencia.
El sólido platónico de la tercera dimensión es un tetraedro, un principio de fuego.
El foco del fuego se encuentra en el tercer chakra de nuestro cuerpo, el plexo solar... el pequeño sol. Este pequeño sol corresponde a nuestro ADN del 10% y el gran sol [90%] a nuestro ADN desenchufado.
El asiento del fuego es dual y dividido en 'fuego que sube' y 'fuego que cae'.
El Loosh Rote es el término acuñado por el gran pionero de los viajes astrales y experiencias fuera del cuerpo, Robert Monroe.
Él fue conducido a la comprensión de que el mundo de la Tierra es una granja, creada con el único propósito de cosechar la energía del miedo y el sufrimiento de sus criaturas.
El parásito obra por división, y chupa la energía emocional causada por el constante conflicto del juego de 'nosotros contra ellos'.
Como dice Morfeo en La Matrix, 'todos somos baterías de alimento'...
En la visión gnóstica de la sociedad humana, los Arcontes son fuerzas alienígenas que actúan a través de sistemas autoritarios, incluyendo sistemas de creencia, de forma que causan que los seres humanos se vuelvan en contra de su potencial innato y violen la simbiosis de la naturaleza.
LIVE (vivir) deletreado al revés es EVIL (maldad), pero los Arcontes no son malvados en el sentido de que ellos poseen poderes autónomos de destrucción, capaces de ser aplicados directamente sobre la humanidad.
Ellos son agentes de error más bien que malvados – pero error humano, cuando se va sin corregir y corre más allá de la escala de corrección, se vuelve hacia la maldad y trabaja en contra del plan de vida universal. Los gnósticos enseñaron que los Arcontes explotan nuestra tendencia de dejar que nuestros errores se vayan sin corregir.
Porque los arcontes necesitan la complicidad humana para ganar poder sobre la humanidad, cualquiera que los asista puede ser considerado una clase de Arconte, un accesorio. ¿Cómo le ayudan los humanos a los Arcontes?
Una forma (sugerida en la definición del Nivel Dos) es aceptando los programas mentales de los Arcontes – es decir, adoptando la inteligencia alienígena como si fuese basada en humanos – e implementando aquellos programas realmente reforzándolas en la sociedad. Otra manera es activa o pasivamente conforme a las agendas así propuestas e impuestas.
Jacques Lacarriere sugiere que los gnósticos detectaron la fase humanizada de los Arcontes en todas las estructuras autoritarias y sistemas que niegan autenticidad y auto-determinación para el individuo.
Matando al parásito
Sólo hay una manera de matar a un parásito y es matándolo de hambre. Pronto se irá si el miedo es sustituido por el amor... pero es un pequeño astuto bastardo... así que cuide sus pensamientos.
Entonces. mas que de los arcontes tenemos es que estar muy pendientes observarndo nuestra mente y todos los pensamientos que se producen, ser observadores y correctores.
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