Fue un 15 de agosto de 1871, hace casi 145 años, cuando Albert Pike -un capitán del ejército de los Estados Unidos- envió una curiosa carta al político italiano Giuseppe Mazzini.
En ella, se atrevía a señalar que -a partir del año 1900- se sucederían dos guerras mundiales que cambiarían el mundo. Para desgracia de la Historia acertó. Sin embargo, no se quedó en ese punto, sino que también afirmó que la tercera de estas grandes contiendas se sucedería para luchar contra los líderes islámicos y acabaría con el cristianismo.
La misiva ha sido desvelada por el diario «The Sun» quien, a su vez, ha obtenido la información del último libro escrito por el exoficial de la Armada William Guy Carr («Satanás, el príncipe de este mundo»). En la misma, se explica que la primera de estas grandes guerras se sucedería para derrocar a los zares de Rusia y hacer del país una «fortaleza» ante el comunismo. No totalmente exacto, pero sí premonitorio.
«La Primera Guerra Mundial debe ser provocada con el fin de permitir a los Illuminati derrocar el poder de los zares y hacer que ese país sea una fortaleza contra el comunismo ateo», determinaba el texto. En segundo término, el militar se atrevía a señalar que, en un período de tiempo indeterminado, se sucedería una nueva lucha a nivel mundial para «destruir el nazismo». «Al final de la lucha, el comunismo será utilizado para destruir a los otros gobiernos y para debilitar a las religiones», completaba el capitán.
A su vez, Pike señaló que, en la Segunda Guerra Mundial, «el comunismo internacional debía llegar a ser suficientemente fuerte como para equilibrar el poder de la cristiandad, que será limitado después y se mantendrá vivo hasta el momento en el que llegue el cataclismo final». Al menos, así lo explica el «The Sun» en su página web.
Finalmente, nuestro militar metido a vidente afirmaba también en la carta que, tras estos dos conflictos, se produciría una tercera guerra mundial fomentada por los «sionistas políticos» y los «líderes del mundo islámico» que acabaría con el cristianismo.
Una afirmación que ha sido entendida por algunos expertos como una premonición de la aparición del Estado Islámico. «La guerra se sucederá de tal manera que el Islam y el sionismo político se destruirán mutuamente entre sí. Mientras tanto, las otras naciones -divididas por este tema- serán obligadas a luchar hasta el agotamiento físico y moral», determina.
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