Es hora de abrir los ojos y que tengas en cuenta estos datos para discernir lo que está ocurriendo a nivel mundial, especialmente con relación a Bill Gates y su manejo de la ONU y la OMS (Organización Mundial de la Salud) para provecho personal e ideológico.
También hay que tener en cuenta a la Fundación Clinton, la red de fundaciones de Soros (Open Society), la Rockefeller Foundation, McKinsey, y las principales compañías farmacéuticas, ya que todas operan siguiendo el mismo esquema filantrópico y/o financiero, además del Banco Mundial y la Unión Europea.
Por ejemplo, el padre de Bill Gates, como él mismo lo revela en este VIDEO, fue el director de Planned Parenthood y, por lo tanto, él mismo reconoce que desde niño fue educado y estuvo envuelto en la promoción del aborto en el mundo. No es de extrañar, entonces, que una vez millonario y para evitar pagos de impuestos gigantescos, haya creado una fundación que entre otras cosas se dedica a promover el aborto y la reducción de la población mundial bajo la excusa de caridad: prevenir que nazcan niños que de nacer sufrirían tremendamente en este mundo cruel… Es así que la Fundación Gates ha dado cientos de millones de dólares a la Planned Parenthood Federation, la multinacional abortista más grande del mundo. En el 2017 solamente le dieron US$ 375 millones (ver noticia AQUÍ).
Pero, antes de continuar, voy a desilusionar a varios y aclararles que la OMS no es una entidad científica, sino política, que muchas veces se mueve de manera dogmática, es decir, sin fundamento científico y con mecanismos de control político, conflictos de intereses, muchísima corrupción y una gran falta de transparencia como lo explico en este artículo AQUÍ.
¿Qué tipo de relación tiene Bill Gates con la OMS? Una relación enorme y en la que la OMS se ve a si misma como deudora ante su patrocinador privado más grande: Bill Gates pagó las nuevas instalaciones de la OMS, fundada en 1948 y radicada en Ginebra, Suiza. Esto no estaría mal sino fuese por los conflictos de intereses y lo que Bill Gates exige a cambio…
Para entender la magnitud de la influencia de Bill Gates, hay que tener en cuenta que todos los países miembros de la ONU deben subvencionar a la OMS. Pero también la mantienen diversas organizaciones internacionales, fundaciones y donantes privados. Esto dio un presupuesto bianual (2018-2019) de 4,421,500,000 millones de dólares. Sí, así como lo lee: 4,421 millones de dólares (con 9 ceros). Para el actual bienio (2020-2021), el presupuesto tuvo un aumento de considerable de más de 400 millones de dólares: $4,840,400,000. (VER AQUÍ la información oficial de la OMS).
Las contribuciones anuales de los Estados miembros van desde pequeños montos como los $4,790 de Buthan, los US$95,500 de Afganistán, o la gigantesca contribución de los Estados Unidos con US$ 99,168,375. México debe pagar en el 2020 un total de US$ 4,414,039, Argentina US$ 4,322,800, Colombia $1,336,746, Costa Rica $143,925, etc. (Ver AQUÍ el reporte oficial de pagos a la OMS de 2020). Pero si sumamos todas las contribuciones estatales, esto nos da un total de US$ 257,473,000 millones. Eso significa que hay que explicar de dónde sale el resto: US$ 4,582,927,000. Es una cifra gigantesca y que hace palidecer cualquier contribución estatal. Es ahí donde entra de lleno Bill Gates en primer lugar como el contribuyente privado más grande de la OMS (ha contribuido con más de US$ 2,500 millones de dólares). Y ahora que Trump amenazó con cortar los fondos (algo que también el Reino Unido había hecho), la influencia de Gates sería mayor (por lo que no basta con cortar fondos, sino con salir de la esfera de influencia de la OMS).
El resultado de la cantidad de dinero que contribuye Gates ha hecho que naturalmente las prioridades de la OMS sean en realidad las prioridades de Gates y la agenda que él impone. Un ejemplo claro fue el de febrero cuando el presidente de la OMS dijo que el coronavirus no era pandemia, Gates lo contradijo y a las horas la OMS anunció que era pandemia… (ver la historia AQUÍ). Y esa también fue la razón por la cual pusieron a la cabeza de la OMS al inepto de Tedros Adhanom, quien no es médico y fue ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía. Fue elegido por encima de personas más calificadas simplemente porque se alineaba al plan de Gates para la OMS, en especial el plan de vacunación mundial, como lo confirmó Seth Berkley, CEO de GAVI (la Alianza de Vacunas) en una entrevista (AQUI). Anteriormente, Tedros fue jefe del Fondo Mundial para la lucha contra el SIDA, proyecto que fue un fracaso, porque se centró en el “sexo seguro”, pagando sobreprecios por condones y que dio como resultado más contagios de VIH/SIDA. Pero esa es otra historia, de la que hay que rescatar que estableció una relación importante durante ese tiempo con Bill Gates y la nefasta Fundación Clinton.
Ya en el 2008 la misma sección de malaria de la OMS se quejó de que Bill Gates le imponía la agenda a la OMS, como lo denunció el The New York Times (AQUÍ), y una fuente anónima de la OMS habló de un “monopolio filantrópico” de Bill Gates. La influencia es tal, que Bill Gates es tratado como si fuese un jefe de Estado no solo dentro de la OMS sino incluso en el G20.
El resultado de la cantidad de dinero que contribuye Gates ha hecho que naturalmente las prioridades de la OMS sean en realidad las prioridades de Gates y la agenda que él impone. Un ejemplo claro fue el de febrero cuando el presidente de la OMS dijo que el coronavirus no era pandemia, Gates lo contradijo y a las horas la OMS anunció que era pandemia… (ver la historia AQUÍ). Y esa también fue la razón por la cual pusieron a la cabeza de la OMS al inepto de Tedros Adhanom, quien no es médico y fue ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía. Fue elegido por encima de personas más calificadas simplemente porque se alineaba al plan de Gates para la OMS, en especial el plan de vacunación mundial, como lo confirmó Seth Berkley, CEO de GAVI (la Alianza de Vacunas) en una entrevista (AQUI). Anteriormente, Tedros fue jefe del Fondo Mundial para la lucha contra el SIDA, proyecto que fue un fracaso, porque se centró en el “sexo seguro”, pagando sobreprecios por condones y que dio como resultado más contagios de VIH/SIDA. Pero esa es otra historia, de la que hay que rescatar que estableció una relación importante durante ese tiempo con Bill Gates y la nefasta Fundación Clinton.
Ya en el 2008 la misma sección de malaria de la OMS se quejó de que Bill Gates le imponía la agenda a la OMS, como lo denunció el The New York Times (AQUÍ), y una fuente anónima de la OMS habló de un “monopolio filantrópico” de Bill Gates. La influencia es tal, que Bill Gates es tratado como si fuese un jefe de Estado no solo dentro de la OMS sino incluso en el G20.
Lo que hay que entender es lo siguiente. El dinero personal de Bill Gates, valuado en US$ 99.5 mil millones de dólares, no viene directa o solamente de haber fundado y haber sido el CEO de Microsoft (se retiró en el 2014). Bill Gates ha donado gran parte de su fortuna a su propia Fundación, y esta Fundación a su vez ha invertido esa fortuna en diversos sectores para así ganar aún más dinero y hacerla crecer exponencialmente. Por ejemplo, la fundación es dueña de acciones en: Berkshire Hathaway (US$ 11 mil millones), Waste Management (compañía recicladora, US$ 2,12 mil millones), la Compañía de Trenes de Canadá (US$ 1,54 mil millones), Caterpillar (US$ 1,66 mil millones), Walmart (US$ 1,4 mil millones), etc. También ha realizado donaciones millonarias para la investigación y desarrollo de vacunas. De hecho, Bill Gates ha dejado claro en muchas ocasiones que la Fundación tiene como objetivos principales el aborto, reducir la población mundial y las vacunas. Ahora bien, con el tema de las vacunas hay un conflicto de intereses gigantesco por el mecanismo como funciona la OMS.
En cuanto la OMS declara una pandemia, por ejemplo, los Estados miembros deben hacer compras millonarias de vacunas para la población, las cuales son manufacturadas por compañías financiadas por Bill Gates. Entonces, como ocurrió en el 2009 con la falsa pandemia del H1N1, se invirtieron miles de millones de dólares con dinero de los impuestos de los ciudadanos para comprar una vacuna que no servía de nada… (leer más sobre ese escándalo AQUÍ). ¿A dónde va el dinero? A las compañías farmacéuticas, muchas de las cuales dependen de Bill Gates por ser el inversor principal. O sea que en realidad las “donaciones” de Bill Gates a la OMS no son más que una inversión que a la larga le va a generar aún más dinero… Como decía al comienzo, Bill Gates apuesta a la ideología cuando esto de paso le genera dinero… Por eso se ha dicho repetidas veces que Bill Gates es el “Caballo de Troya” dentro de la OMS, ya que los intereses corporativos y personales (e ideológicos) socavan el papel de la OMS en el establecimiento de normas y el desarrollo de políticas de salud pública. Recientemente Gates ha insistido, durante una entrevista en el programa de TV CBS This Morning, que los gobiernos no deben permitir ningún tipo de actividad pública, ni deportes, ni iglesias, ni marchas o protestas, hasta que la población se haya vacunado… con la vacuna que él les proveerá (ver el video AQUÍ). ¿Conflicto de intereses? Totalmente.
Además, está la cuestión de prioridades cuando de salud se trata. ¿Por qué no invertir todo ese dinero en formar buenos médicos y abastecer hospitales en lugares pobres? Eso parecería mucho más urgente que vacunar a todo el mundo contra el polio cuando en esos territorios los niños se mueren no de polio sino por desnutrición. O peor aun, la OMS ha gastado millones de dólares en “expertos” y consultoras, tales como McKinsey o BCG, que no saben absolutamente nada de medicina pero dan “ideas” de cómo operar en ciertas situaciones (ver AQUÍ).
Por otro lado, están otros intereses de compañías en las cuales Gates es inversor. Un ejemplo claro es el de la Coca-Cola. La OMS no ha querido declarar los peligros de consumir azúcares porque eso heriría la sensibilidad económica de su “mecenas”. Eso motivó una dura carta contra los directivos de la OMS en enero de 2017 de parte de 30 asociaciones de la salud que denunciaron la complicidad de la OMS al recibir dinero que provenía de inversiones contrarias a la función de la misma Organización (ver AQUÍ).
Tal vez alguno retruque diciendo que en definitiva Gates pone el dinero, pero son los 194 países miembros los que definen finalmente la agenda. Pero eso no es tan así, porque en definitiva Gates da el dinero con proyectos en mente, y de hecho no es que haya dado los US$ 2,500 millones de dólares con los ojos cerrados, sino que es la suma total de miles de donaciones más pequeñas para proyectos específicos y por lo tanto cada dólar que dona tiene un fin específico de antemano. Y, además, la agenda de la OMS se va perfilando a lo largo de 6 reuniones anuales en la que están presentes los principales donantes… Incluso al momento de definir un nuevo candidato para la OMS, Gates se inclinó por Tedros y así fue… siendo que los doctores Sania Nishtar y David Nabarro tenían mucho más credenciales para el asunto (y habían hecho lema de su campaña el luchar contra la corrupción interna a la OMS).
Pero otro peligro impensado para los que piensan bien de Bill Gates y lo adjudican todo a sus “buenas intenciones”, es que la ONU y la OMS no pueden depender tanto de su dinero porque ¿qué pasaría si el año que viene Gates decide poner su fortuna en otro emprendimiento? La OMS colapsaría totalmente, lo que tal vez sería una buena cosa, pero incluso desde el punto de vista sustentable nunca es bueno tener todas las fichas en un caballo como se dice…
Para terminar, que quede claro que Bill Gates tiene un interés ideológico enorme en la OMS: aborto, reducción de la población y vacunas como lo ha afirmado cuantiosas veces. Que no te engañen, la OMS es un desperdicio de dinero. Si alguna vez escuchas a alguien decir que por qué no se combate la pobreza con el “oro” del Vaticano, recuerda que el oro está en la ONU, la OMS, y estas compañías que lucran con el dolor ajeno.
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