La OMS se ha convertido en el último enemigo de Trump. Y ello ha llevado a las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo a este ente integrado en la ONU. Sin embargo, solo ha protagonizado titulares negativos.
La decisión del presidente de Estados Unidos de retirarle la aportación económica norteamericana, fuente principal de sus ingresos, abre serias incógnitas sobre su viabilidad en uno de los tiempos sanitarios más críticos de la historia de la humanidad. Aunque también es cierto que ha recibido numerosos apoyos politicos después del órdago de Trump. Ayer el Gobierno alemán propuso ampliar la OMS y convertirla en un centro mundial contra las pandemias convencido de que la actual «no será la última».
La OMS fue fundada en 1948 para «promover la salud, mantener el mundo seguro y servir a los vulnerables». Con sede en la ciudad suiza de Ginebra, dispone para el bienio 2020-2021 de un presupuesto aproximado de 4.500 millones de euros. Washington ha sido hasta esta semana el principal contribuyente, con alrededor de 500 millones de euros anuales.
La OMS fue fundada en 1948 para «promover la salud, mantener el mundo seguro y servir a los vulnerables». Con sede en la ciudad suiza de Ginebra, dispone para el bienio 2020-2021 de un presupuesto aproximado de 4.500 millones de euros. Washington ha sido hasta esta semana el principal contribuyente, con alrededor de 500 millones de euros anuales.
Según las distintas fuentes, constituye entre el 14% y el 22% de los ingresos. En contraposición, la última derrama de China apenas llegó a 6 millones de euros (0,21% de los fondos). Tras los norteamericanos están Reino Unido (7,79%), Alemania (6,4%), Francia (4,8%) o España (2,4%), por hablar de territorios fuertemente golpeados por la Covid-19.
Pero este dinero apenas sirve para sufragar los salarios de empleados y gastos administrativos. Por ello, sus programas sanitarios se alimentan de aportaciones voluntarias de donantes estatales y privados.
En el apartado de donaciones privadas destaca la Fundación Bill y Melinda Gates, que aporta casi un 10% a este organismo, que dedica la mayor parte de sus fondos a Africa, el continente que más sufrirá la decisión de Trump. El propietario de Microsoft se levantó de su sillón tras conocer la decisión del presidente de EE. UU. y fue el primero en criticarla. De inmediato anunció que ampliará sus montantes y que tratará de atraer a otros filántropos.
Pero este dinero apenas sirve para sufragar los salarios de empleados y gastos administrativos. Por ello, sus programas sanitarios se alimentan de aportaciones voluntarias de donantes estatales y privados.
En el apartado de donaciones privadas destaca la Fundación Bill y Melinda Gates, que aporta casi un 10% a este organismo, que dedica la mayor parte de sus fondos a Africa, el continente que más sufrirá la decisión de Trump. El propietario de Microsoft se levantó de su sillón tras conocer la decisión del presidente de EE. UU. y fue el primero en criticarla. De inmediato anunció que ampliará sus montantes y que tratará de atraer a otros filántropos.
Por tanto, no parece demasiado arriesgado afirmar que la OMS queda a expensas de la generosidad de algunos millonarios con mayor sensibilidad que la que atesora quien dirige Estados Unidos.
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