Esta diversidad que existe en el planeta la creó intencionalmente el Creador para que los humanos puedan tener acceso a toda una variedad de experiencias, y no solamente a través de los diferentes tipos de culturas que hay, sino también a través de los diferentes tipos de entornos de la naturaleza que existen.
Y así por ejemplo, si ustedes requieren balancearse entre las enredaderas. Pues bien, necesitarán de una selva tropical para hacer eso. Mientras que en el Polo Norte tendrán otro tipo de experiencias.
Entonces, si ustedes requieren en un momento determinado de un tipo particular de experiencia, ustedes necesitarán no solamente de una cultura adecuada para ello, sino también necesitarán de un entorno especifico para ello. Y es por eso que existe toda esa diversidad en la composición de las razas y en el hábitat del planeta.
Porque de hecho, los humanos podrían haber vivido en un solo lugar del planeta y a través de las generaciones podrían haber querido desertar ciertas regiones. Pero hay una fuerza mágica que hace que la Tierra esté casi habitada por todos lados. Y digo casi porque es cierto que existen algunos lugares que son demasiado inhospitalarios.
¿Qué impulsa al hombre a vivir en todas esas partes del planeta incluso en los lugares difíciles?
Bueno, son varias las razones, pero la respuesta esotérica es porque hay una experiencia que se puede adquirir en esos lugares difíciles que no se puede adquirir en otras partes como sería en la ciudad, en el campo, o en la playa.
Y es que a pesar de la dureza de vivir en esos lugares, también allí se generan las creaciones de grandes momentos de contemplación y fusión con la naturaleza.
Por ejemplo hay ciertos sentimientos majestuosos que no podrás experimentar a menos que tu ojo contemple los grandes picos nevados. Y aunque pudieras experimentar algo parecido, no tendrás la misma sensación si te encuentras en medio de la selva tropical.
Y obviamente si eres un ser lo suficientemente desarrollado para poder experimentar esos grandes estados elevados, incluso si te encuentras en medio de la ciudad, entonces no necesitas de esa diversificación geográfica.
Pero antes de convertirte en ese desarrollado ser que es capaz de descubrir en su interior las grandes verdades divinas. Bueno, tendrás que ir al lugar donde se revelan esas verdades, y tendrás que experimentar con ello para descubrir en tu interior ese estado particular de existencia.
Y una vez que ese estado lo has sentido (ya sea un gran sentimiento o un elevado estado de conciencia), habrás sido iniciado de una cierta manera, ya que habiéndolo sentido, lo conoces ahora.
Y posteriormente aprenderás a reproducirlo. Sabrás cómo generarlo a voluntad. Y más adelante sabrás como permanecer continuamente en ese estado elevado de conciencia.
Pero eso ya corresponde a grados más avanzados de evolución y por el momento centrémonos en el desarrollo actual.
Entonces ustedes deben de saber que muchas veces los humanos viven en un lugar en particular porque ahí es donde pueden experimentar cierto tipo de vivencia que no pueden experimentar en otro lugar y el cual les va a servir para evolucionar.
Y así por ejemplo, para alguien que vive en las montañas, puede haber una razón muy espiritual por la cual esa persona vive allá arriba.
Imaginen a un hombre simple pero sensible, relativamente artista, el cual ha pasado toda su vida viviendo en las montañas a pesar de todas las dificultades que implica vivir allá arriba.
Y todos le dicen:
« Pero ya baja de tu montaña que no tiene ningún sentido quedarte a vivir allá arriba debido a que podrías tener una vida mucho más fácil y placentera acá abajo en el valle. »
Pero no, no, y no, él no quiere. Él ni siquiera sabe por qué razón él no quiere. Simplemente hay “algo”, una fuerza misteriosa que lo obliga a permanecer en la montaña. Y luego, un día, él por fin sabe. Un día cuando ya es viejo, un día cuando comienza a observar sus pensamientos y comienza a entender que él ha sido el lugar de una revelación.
Y él se dice a sí mismo:
« Es por esta razón que pasé toda mi vida acá arriba. Es para tomar conciencia de ese sentimiento que solo descubro cuando veo la puesta de sol detrás de mi montaña. »
Porque ese sentimiento que se eleva en ese momento en ese hombre no es simplemente la sensación de admiración por la belleza de la naturaleza con el sol poniéndose en el horizonte detrás de las montañas.
Ciertamente no. Ese sentimiento va más lejos. Así comenzó, como un sentimiento de asombro, pero luego con los años se convirtió en un verdadero momento de meditación.
Y nuestro montañista nunca va a poner esa palabra para describir lo que él experimenta, porque él ni siquiera sabe lo que es la meditación, ya que nunca ha oído hablar de esoterismo, ni de espiritualidad, ni de nada de todo eso. Nuestro montañista solo conoce la vida en las montañas.
Y sin embargo es hacia un verdadero estado de meditación al que él será transportado y él se dirá a sí mismo:
« Esto ya no solo es belleza, esto es algo que va más lejos, es como el aroma de la vida, e infortunadamente los otros en el valle no lo saben. »
Y admitiendo que nuestro montañista sea valiente, entonces bajará al valle para tratar de compartir su experiencia con la gente, y él les dirá:
« Al contemplar la puesta de sol allá arriba en la montaña durante tantos años, finalmente sentí algo especial al grado que en un atardecer tuve la impresión de haberme encontrado con Dios. »
Y todos se reirán mientras brindan, e incluso alguno le responderá:
« A fuerza de vivir solo en las montañas, el sol finalmente te golpeó en la cabeza y ahora estás un poco loco. »
Pero nuestro montañista sabe muy bien que él descubrió la presencia Divina detrás de ese paisaje, y es por eso que él seguirá predicando a quien quiera escucharle porque él descubrió algo que solo su soledad y la belleza de la naturaleza podrían habérselo mostrado con más seguridad que toda una serie de oraciones y meditaciones en los conventos o en los monasterios del valle.
Y al decir esto, no estoy diciendo que los conventos y los monasterios sean inútiles. No crean eso porque todo tiene su utilidad. Simplemente para ciertas almas, la montaña puede ser más grandiosa que un monasterio, y algunas veces un campesino va más allá en su encuentro con Dios que un sacerdote.
Ciertamente no. Ese sentimiento va más lejos. Así comenzó, como un sentimiento de asombro, pero luego con los años se convirtió en un verdadero momento de meditación.
Y nuestro montañista nunca va a poner esa palabra para describir lo que él experimenta, porque él ni siquiera sabe lo que es la meditación, ya que nunca ha oído hablar de esoterismo, ni de espiritualidad, ni de nada de todo eso. Nuestro montañista solo conoce la vida en las montañas.
Y sin embargo es hacia un verdadero estado de meditación al que él será transportado y él se dirá a sí mismo:
« Esto ya no solo es belleza, esto es algo que va más lejos, es como el aroma de la vida, e infortunadamente los otros en el valle no lo saben. »
Y admitiendo que nuestro montañista sea valiente, entonces bajará al valle para tratar de compartir su experiencia con la gente, y él les dirá:
« Al contemplar la puesta de sol allá arriba en la montaña durante tantos años, finalmente sentí algo especial al grado que en un atardecer tuve la impresión de haberme encontrado con Dios. »
Y todos se reirán mientras brindan, e incluso alguno le responderá:
« A fuerza de vivir solo en las montañas, el sol finalmente te golpeó en la cabeza y ahora estás un poco loco. »
Pero nuestro montañista sabe muy bien que él descubrió la presencia Divina detrás de ese paisaje, y es por eso que él seguirá predicando a quien quiera escucharle porque él descubrió algo que solo su soledad y la belleza de la naturaleza podrían habérselo mostrado con más seguridad que toda una serie de oraciones y meditaciones en los conventos o en los monasterios del valle.
Y al decir esto, no estoy diciendo que los conventos y los monasterios sean inútiles. No crean eso porque todo tiene su utilidad. Simplemente para ciertas almas, la montaña puede ser más grandiosa que un monasterio, y algunas veces un campesino va más allá en su encuentro con Dios que un sacerdote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario