A la hora de perder peso y quemar grasa, no todo es dieta y calorías, hay quienes cumplen con una dieta de alimentación saludable, pero no pierden peso y sienten que de nada les está funcionando.
Es muy importante saber que para perder peso hay que tener en cuenta otros factores que van más allá de la alimentación, hay otros hábitos diarios que influyen en ello y si no llevamos un control de ellos es posible que sean la causa del fracaso de las dietas y del aumento de peso.
Tener un peso equilibrado no es una tarea fácil y requiere de mucho compromiso tanto en la alimentación como en nuestros hábitos diarios. Si aún no sabes que cosas te pueden hacer engordar independientemente de la alimentación, te invitamos a seguir leyendo este artículo.
Comer antes de acostarse
El querer comer por la noche antes de ir a dormir, generalmente no es por hambre sino por ansiedad o costumbre. Quienes tienen este hábito, suelen preferir comer algo dulce y lleno de calorías, lo que no es nada bueno para nuestro peso. En lugar de comer antes de dormir, puedes empezar a programar ciertos horarios para las comidas y en los intermedios puedes comer alguna fruta.
Dormir mal
Trasnochar o dormir mal, puede hacernos perder la noción del tiempo y de aquellas cosas que hemos comido. Diferentes estudios han revelado que esto puede producir un desequilibrio hormonal que provoca que no te sientas satisfecha al ingerir la comida.
Comer distraído
Un gran error a la hora de comer, es hacerlo viendo televisión, utilizando el celular, el computador o cualquier otro medio de distracción. De acuerdo con una investigación hecha por el Diario Americano de Nutrición Clínica (American Journal of Clinical Nutrition), las personas que comen distraídas suelen ingerir un 50% más de calorías. Pero además, también se ha comprobado que los que comen distraídos se sienten menos satisfechos y posiblemente sientan la necesidad de comer más tarde.
Estrés y ansiedad
Estos dos problemas son enemigos totales del peso y la buena calidad de vida. Los dos se asocian con lo llamado “hambre emocional”, que hace que tengamos la necesidad de comer más y satisfacernos con dulces o comida chatarra. Para combatir esto, lo mejor es estar alejado de las situaciones de estrés, preocupación y ansiedad. Pero de ser inevitable, entonces se recomienda consumir agua fresca, alguna fruta y/o té.
Comer rápido
Este hábito es uno de los más comunes en todas las personas y pocos tienen en cuenta que la comida debe ser bien masticada para tener mayor sensación de saciedad y además facilitar la digestión. Es recomendado tomarse al menos 20 minutos para comer, sin distracciones y masticando muy bien cada uno de los alimentos.
Sedentarismo
Llevar una vida sedentaria es uno de los mayores causantes de obesidad en el mundo, ya que una persona en este estado tiende a comer más, acumular más grasa y limitarse en sus actividades físicas. Es muy importante evitar una vida sedentaria, ya que nos hace engordar con más facilidad, y además nos puede causar graves enfermedades a futuro.
Saltarse el desayuno
Ya sea por no tener el tiempo en la mañana o por creer que esto puede ayudar a bajar de peso, el no desayunar es un mal hábito que aunque no lo creamos, también nos puede engordar. Resulta que esta comida principal, activa el metabolismo en horas de la mañana, para que inicie su trabajo durante el día y empiece a quemar las calorías. Un buen desayuno puede combinar carbohidratos complejos con las proteínas y un poco de grasa saludable.
Exceso de sal
Tanto para el peso como para la salud en general, salar demasiado las comidas no es recomendado, ya que esto aumenta la retención de líquidos y afecta la presión arterial. Es muy importante consumir pequeñas cantidades de sal y/o remplazarla por otras especias para darle sabor a tus comidas.
Beber poco líquido
Cuando bebemos poco líquido, nuestros riñones trabajan más lento y se acumulan más toxinas en nuestro organismo. Los expertos recomiendan beber al menos dos litros de agua al día, para mantenernos hidratados, eliminar los desechos que nuestro organismo no necesita y evitar la retención de líquidos. También se puede optar por beber zumos naturaleso té. El consumo de bebidas gaseosas y refrescos es otro factor que puede engordar, debido a sus altas concentraciones de azúcares y otros compuestos. Por lo tanto éstos no se deben tener en cuenta.
Saltarse el desayuno
Ya sea por no tener el tiempo en la mañana o por creer que esto puede ayudar a bajar de peso, el no desayunar es un mal hábito que aunque no lo creamos, también nos puede engordar. Resulta que esta comida principal, activa el metabolismo en horas de la mañana, para que inicie su trabajo durante el día y empiece a quemar las calorías. Un buen desayuno puede combinar carbohidratos complejos con las proteínas y un poco de grasa saludable.
Exceso de sal
Tanto para el peso como para la salud en general, salar demasiado las comidas no es recomendado, ya que esto aumenta la retención de líquidos y afecta la presión arterial. Es muy importante consumir pequeñas cantidades de sal y/o remplazarla por otras especias para darle sabor a tus comidas.
Beber poco líquido
Cuando bebemos poco líquido, nuestros riñones trabajan más lento y se acumulan más toxinas en nuestro organismo. Los expertos recomiendan beber al menos dos litros de agua al día, para mantenernos hidratados, eliminar los desechos que nuestro organismo no necesita y evitar la retención de líquidos. También se puede optar por beber zumos naturaleso té. El consumo de bebidas gaseosas y refrescos es otro factor que puede engordar, debido a sus altas concentraciones de azúcares y otros compuestos. Por lo tanto éstos no se deben tener en cuenta.
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