lunes, 26 de febrero de 2018
La ciencia demostró lo que se siente morir y no es para nada lo que esperabas
La muerte es uno de los grandes misterios y tabús de la historia de la humanidad. ¿Qué hay después de la muerte? ¿Más vida o el vacío eterno? Estas son algunas de las preguntas comunes y la mayoría de la personas ven la muerte como algo agónico y triste, principalmente porque ve el sufrimiento de sus seres queridos y siente el dolor de su ausencia.
A pesar de que es un tema muy difícil que muchas personas desean evitar, un grupo de científicos de la Universidad de Carolina del Norte, liderados por Kurt Gray, publicaron un estudio en la revista Psychological Science que desmiente muchos de los estereotipos relacionados con la muerte y los momentos cercanos a ella, así como los sentimientos que nos rodean cuando sabemos que el fin es inminente.
El estudio se llama “Morir es inesperadamente positivo” y para llevarlo a cabo realizaron dos experimentos. El primer experimento consistió en comparar las publicaciones en redes sociales de personas que por alguna razón estaban próximas a morir, con un escrito realizado por personas que imaginaron cómo se sentiría ser diagnosticado con una enfermedad terminal.
En realidad, los que están más cercanos a la muerte sienten más emociones positivas de lo que creíamos.
El resultado fue sorprendente: las personas que realmente estaban cerca de la muerte usaron palabras más positivas que los demás miembros del experimento. Es más, a medida que la muerte se acercaba más, la ansiedad y el temor se desvanecían cada vez más.
El segundo experimentó fue analizar el contenido de los textos creados por personas que se encontraban presas, algunas de las cuales estaban condenadas a la pena capital y pasaban sus día en el temido “corredor de la muerte”.
El resultado fue el mismo: mientras más cerca de la muerte se encontraban, más positivos eran sus pensamientos, que trataban en algunos casos sobre la familia y la religión, ideas que les ayudaban a llevar la carga de la muerte inminente.
El jefe de la investigación dijo que "Los seres humanos son increíblemente adaptables -tanto física como emocionalmente-. Las últimas entradas de blogs de pacientes con enfermedades terminales y las últimas palabras de los presos condenados a muerte están llenas de amor, conexión social y significado".
Esto demuestra que si bien la muerte puede estar pisándonos los talones, lo que nos queda de vida no tiene por qué estar repleta de sufrimientos y ansiedad. Podemos aprovechar nuestras experiencias y dejar pensamientos positivos y conciliadores que pueden significar muchos para los más jóvenes, o incluso otras personas que están pasando por la misma experiencia.
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