EL UNIVERSO, ¿UN HOLOGRAMA?
(y si fuera?, cómo cambiaría nuestra manera de enfocar la aparente realidad, daríamos importancia en el mismo grado, a lo que damos hoy?… para reflexionar…)
Físicos japoneses proporcionan nuevas pruebas que respaldan la posibilidad de que todo lo que nos rodea no sea más que una proyección de un cosmos mucho más simple y sin gravedad.
A finales del siglo pasado, el físico teórico argentino Juan Maldacena expuso por primera vez la teoría de que el Universo que conocemos podría no ser real, sino una gran proyección holográfica. Según este defensor de la Teoría de las Cuerdas, la verdadera acción se desarrollaría en un cosmos más simple, y más plano donde no existe la gravedad. La idea fue recibida con profundo interés en el mundo científico, que aún la debate sin que exista una conclusión consensuada. Ahora, un equipo de físicos japoneses ha proporcionado pruebas que respaldan esta hipótesis, según publica la revista Nature en su web.
Maldacena describía el Cosmos en un modelo en el que la gravedad surge de cuerdas vibrantes infinitesimales y delgadas que pueden ser reinterpretadas en términos físicos. Este mundo matemáticamente complejo existe en nueve dimensiones espaciales más una temporal. No sería más que un holograma, una proyección del mundo real. La verdadera acción se desarrollaría en un cosmos más simple y plano donde no existe la gravedad. La idea de Maldacena resolvía aparentes inconsistencias entre la física cuántica y la teoría de la gravedad de Einstein, pero todavía no existe ninguna prueba que la confirme.
LOS CÁLCULOS COINCIDEN
El equipo de Yoshifumi Hyakutake, de la Universidad de Ibaraki en Japón, cree haber encontrado una evidencia de que Maldacena está en lo cierto. En dos artículos publicados en el repositorio arXiv de la Universidad de Cornell, los investigadores calculan la energía interna de un agujero negro, la posición de su horizonte de sucesos (el límite entre el agujero negro y el resto del Universo), su entropía y otras propiedades en base a las predicciones de la teoría de cuerdas, así como los efectos de las llamadas partículas virtuales que aparecen continuamente dentro y fuera de la existencia. Además, calculan la energía interna del supuesto universo con menos dimensiones y sin gravedad. Los dos cálculos informáticos coinciden. Incluso Maldacena ha dado su visto bueno a los números, informa Nature.
Los japoneses «han confirmado numéricamente, tal vez por primera vez, algo que estábamos bastante seguros de que tenía que ser verdad, pero que todavía es una conjetura, que la termodinámica de ciertos agujeros negros puede ser reproducida desde un universo con menos dimensiones», dice en el artículo de Nature Leonard Susskind, físico teórico de la Universidad de Stanford, California, uno de los primeros teóricos en abordar la idea de universos holográficos
En otro artículo, físicos norteamericanos, construyeron una precisa máquina para saber si el mundo físico tridimensional que percibimos es real o sólo una ilusión.
Especialistas del Fermilab -uno de los laboratorios científicos más avanzados y afanados del mundo- están construyendo un aparato denominado “Holometer” (u “holómetro”), cuya función será determinar si el universo tridimensional que perciben nuestros sentidos es “de verdad” o solo se trata de un holograma. El artefacto busca responder la vieja cuestión de si el espacio-tiempo es uniforme o discreto.
Diseño conceptual del holómetro del Fermilab
¿Cómo es realmente el universo que percibimos? Esta pregunta aparentemente inocente ha mantenido a ejércitos de físicos discutiendo durante mucho más tiempo del que hubiesen preferido. Cuando descubrieron que la energía en realidad no podía tomar “cualquier” valor, sino que estaba “dosificada” en pequeñísimos paquetes (llamados cuantos) resultó inevitable preguntarse si las dimensiones espaciales son realmente tan continuas como nos parecen o si, por el contrario, también están “pixeladas”.
¿Qué significa esto? Imaginemos que tomamos una cámara fotográfica que posea una resolución de “infinitos megapíxeles”, y comenzamos a tomar fotografías de un objeto cualquiera. A “1x” el objeto aparece tal como lo vemos con nuestros ojos. A “10x” comenzamos a percibir detalles que difícilmente veríamos a simple vista. A “100x” comienzan a aparecer detalles imperceptibles de otra manera, que revelan las microrayaduras y granos de polvo depositados sobre su superficie. Si seguimos aumentando el detalle de las imágenes, llegará un momento en que podremos “ver” las moléculas que lo conforman.
Y si seguimos aumentando la resolución de nuestra cámara imaginaria, veremos sus átomos, y luego sus partículas. Lo que intentan averiguar los científicos es si esta “realidad”, en alguna escala que somos incapaces de percibir, comienza a “cuantificarse” tal como se “pixela” una fotografía al aplicarle un valor de zoom demasiado alto.
La tercera dimensión
La tercera dimensión que percibimos puede ser una ilusión
Determinar semejante cosa no es, por supuesto, una tarea sencilla. Los encargados de tomar el toro por las astas han sido los científicos del Fermilab, el laboratorio físico nacional estadounidense que posee el segundo acelerador de partículas más potente del mundo. Una de las teorías que manejan los especialistas -y que a los profanos nos suena a chino- es que la realidad consiste solamente en dos dimensiones, y lo que percibimos como una “tercera dimensión” no es otra cosa que una “ilusión” -sumamente realista, por supuesto- que surge de la interacción de estas dos con el tiempo.
Si esto es cierto, la realidad sería algo así como un holograma, una especie de truco de mago de feria en el que se nos “vende” una dimensión que realmente no está allí. Algunos físicos creen que no podemos darnos cuenta del engaño “culpa” de algunas limitaciones impuestas por las leyes de la física, como que “nada puede viajar más rápido que la luz” y naderías por el estilo. No sabemos cómo se podría conciliar todo esto con las 10 dimensiones contempladas por la Teoría de Cuerdasy los universos paralelos que buscan con el LHC, pero seguramente ambas hipótesis no puedan ser válidas a la vez.
En el Fermilab han comenzado la construcción de un holómetro (“holometer”) , un máquina de altísima tecnología que podría atisbar por los “espacios” existentes entre uno y otro “píxel” de la realidad. Explicar cómo funciona una máquina como esa es sumamente complicado, pero en un comunicado del laboratorio han dejado entrever que hará su magia gracias a un reloj extremadamente preciso (en realidad, será el más exacto jamás construido) y un láser. Los primeros datos serán proporcionados por el holómetro en algún momento del año próximo. Si recuerdas la película «Matrix», esto significa que tienes entre 3 y 12 meses para decidir si tomas la pastilla roja o la pastilla azul.
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